FIN DE EXÁMENES EN ALBUFEIRA #TFPICADE

No hay un viaje más único e inolvidable que el viaje fin de carrera. Sabes que muy probablemente sea la última vez que compartas momentos únicos con los compañeros de la universidad, y por eso deseas que sea perfecto e inolvidable. Nosotros así quisimos hacerlo para el grupo con el que hemos compartido seis días en la Albufeira. Días de sol, playa y fiestas en barco, noches de juergas y borracheras.

Ocho horas de viaje separan Madrid de Albufeira. Unos en coche, otros en bus, el viaje se hace largo hasta que por fin aterrizas en Portugal. Lo primero que te das cuenta al llegar a Albufeira es que vive por y para el turismo. Alrededor de 40.000 personas viven en sus calles empedradas y playas, muchas familias pescadoras y otras muchas de la hostelería. No todos son portugueses, el turismo ha provocado que muchos de los que venían a veranear se hayan quedado para siempre.

sunset party

Recibimos a los viajeros con una fiesta en barco para disfrutar del atardecer bailando al ritmo de la música como primera experiencia de su viaje. Un cátering con comida suficiente para el grupo de sesenta personas hambrientas y con ganas de disfrutar de la fiesta. Una fiesta perfecta de tres horas desde donde avistan la puesta de sol mientras surcan la costa portuguesa con la Playa de los Pescadores como postal de fondo, una de las más bellas y típicas de Portugal.

Para que no decaiga la noche invitamos a copas en uno de los locales más chic de Albufeira, el Libertos Club. Pese a que el sitio no está del todo mal, el ambiente no acompaña y muchos de los chicos prefieren ir a probar suerte a los garitos de alrededor. En Albufeira la mayoría de los turistas que visitan sus playas son ingleses e irlandeses, y sus bares dan buena cuenta de este tipo de turismo. La mayoría de ellos con música en directo, terrazas, chupitos y canciones de lo más comerciales.

El sábado muchos de ellos prueban suerte marchando a ver la final de la Champions que enfrentó al Madrid y al Atleti a Lisboa, a dos horas de camino. El resto busca una playa con calas pequeñas y optan por la playa del Arrecife, a 15 minutos en coche. Tras pasar el día en sus calas y bañarse en las frías aguas del Atlántico regresan a la cena. Debemos de admitir que la cena dejó mucho que desear al buffet libre, pero poco a poco la situación mejoró…

Apenas nos encontramos huéspedes en el hotel y el grupo pudo disfrutar viviendo en la cuarta planta como si de una residencia universitaria se tratara. Así, las primeras copas se disfrutan, como no puede ser de otro modo, en las habitaciones del hotel, para terminar la noche en cualquiera de los pubs que se encuentran a diez minutos andando. Se decantan por garitos como el Patchá, que destaca por sus pantallas grandes en la terraza.

El domingo nos encontramos a muchos de los que partieron para Lisboa ya de vuelta en Albufeira. La mayoría decide ir a pasar el día a la playa y optan por playas cercanas a Albufeira donde descansar la resaca. La noche se convierte en una fiesta en el hotel que acaba con varias resacas al día siguiente.

El lunes es el gran día. Una fiesta en barco de siete horas con barra libre y Dj incluido. Una fiesta que comienza a primera hora de la mañana con un paseo por las cuevas excavadas en el mar, consideradas por el National Geographic como unas de las más bonitas del mundo. El catamarán atraviesa las playas de S. Rafael, Castelo, Galé, Salgados, Armaçao de Pera, Marinha, Benagil hasta el faro de Alfansina. Siempre con la mejor música y tripulación a bordo. Muchos deciden ir nadando hasta una cala donde les reciben con una barbacoa para gustos y colores. Tres horas de sol, playa, volleyball y unas vistas espectaculares.

Por la tarde el catamarán se convierte en una fiesta continúa e irrepetible donde nadie se salva de bailar y sentirse el rey del mundo a bordo de un barco con personas que hasta hace pocos años ni si quiera conocían. De hecho, muchos de ellos no habían coincidido hasta este viaje. Un día único que no podía acabar de otra manera que con una nueva juerga en el hotel.

El último día es para aprovechar todo aquello que no has hecho durante el resto de días. Encontrar la cala perfecta donde tomar el sol, comer pescado (preferiblemente bacalao a la plancha), tomarte el aperitivo al lado del mar, bañarte en la piscina, conseguir meter un pie en el agua…y pegarse la última noche de fiesta en Albufeira en uno de los garitos más respetados de Albufeira al pie de la playa de los Pescadores, Sétima Onda, en la zona vieja.

Con esto y un bizcocho es cómo se disfruta de una semana de juerga continua en un viaje fin de carrera. ¿Os animáis a subir a bordo?

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